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Pintar las paredes sirve para algo más que para fines estéticos, y es que muchas pinturas pueden servirte como elemento de aislamiento térmico. Pero si alguna vez has intentado pintar sin usar una imprimación para paredes, te habrás dado cuenta de que estás perdiendo muchísimo tiempo.

 

Para evitar esa frustración de estar repasando capa sobre capa, la mejor opción que tienes es optar por aplicar una imprimación que te permita desplegar la pintura del rodillo con mucha mayor facilidad, agarrándose en la pared con rapidez.

 

¿Pero cuál es la mejor imprimación para una pared? Queremos responderte a esta pregunta y a muchas más para que, la próxima vez que pintes una pared, lo hagas como un auténtico profesional.

 

¿Qué es una imprimación para paredes?

La imprimación para pared es una capa previa antes de aplicar la pintura. Con la imprimación se busca el objetivo de que la pintura agarre mucho mejor en la superficie, facilitando así que se deba consumir menos pintura y tiempo.

 

Además, la imprimación para paredes antes de pintar te ayudará a sellar los materiales porosos, dañados y que presenten hoyos, pudiendo estropear el acabado final de tu nueva y reluciente pared.

 

Aunque para los daños más grandes necesitarás aplicar una capa de masilla y alisarlo, la imprimación no hace milagros.

 

Con la imprimación serás capaz de conseguir el toque homogéneo que tanto buscas, sobre todo si hay paredes pintadas de diferentes colores.

 

Si no lo hicieras así, aquellas que fueran más oscuras acabarían con un color distinto que las que tienen un color más claro. Por no decir, de nuevo, el gasto añadido en pintura.

 

Ventajas de utilizar una imprimación para paredes antes de pintar

En definitiva, utilizar una imprimación antes de pintar aporta una gran serie de beneficios. Entre ellos, las ventajas más destacables son:

 

Mejor adherencia de la pintura posterior, que evitará el indeseado goteo y te permitirá ahorrar en pintura.

La aplicación de la imprimación hace que la pintura sea más fácil de distribuir, ya que el compuesto de la imprimación facilitará que el color coja con mayor rapidez. Te ahorrará tiempo.

Gracias a esta capa extra la pintura tendrá una mayor vida útil, evitando que la humedad o el paso del tiempo provoque los desconchones.

Fija el fondo, permitiéndote pintar paredes porosas de yeso o ciertos revestimientos sin ningún tipo de complicación.

Se reforzará la defensa ante manchas y humedades que se puedan generar desde el otro lado de la pared.

 

Aunque al principio sientas que debes invertir un poco más, ya que deberás adquirir la cantidad suficiente de imprimación, a la larga sentirás como el resultado es mucho mejor y que has gastado menos pintura que otras veces que has pintado sin imprimación.

 

¿Qué tipo de imprimaciones para paredes hay?

Así como hay diferentes tipos de materiales para hacer las paredes, también hay imprimaciones para pintar en cualquiera de ellas. Cada una con sus pros y sus contras, es importante que las conozcas para saber cuál te va a ir mejor.

 

Imprimación para paredes vinílica

Tienen poco pigmento y se diluyen con facilidad con agua. Es la idea para trabajar con placas de yeso o pladur, ya que permite que el material sea menos poroso y lo refuerza ante ciertos golpes o arañazos. Es una pintura de fondo sencilla y barata.

 

Imprimación para paredes acrílica

También se diluyen con agua como la vinílica, pero tiene un buen puñado de propiedades muy interesantes: no son inflamables, no huelen, se seca con rapidez y la limpieza de la brocha o rodillo es muy sencillo.

 

Además, se puede elegir entre mate, brillante o satinado.

 

Imprimación para paredes sintética

Se diluye con disolvente en vez de agua. Tienen muy buena consistencia y capacidad para cubrir imperfecciones de la pared gracias a las resinas sintéticas que la componen. Puede usarse en todo tipo de materiales.

 

Por contra, tarda en secarse y huele muy fuerte.

 

Imprimación universal

Fácil de aplicar y eliminar, sirve para cubrir cualquier tipo de material, agarrándose muy bien en pladur, yeso y otros soportes porosos.

 

También es óptima para aplicar luego cualquier tipo de pintura. Si no sabes con exactitud qué tipo de imprimación necesitas, esta es la más versátil.

 

Imprimación microporosa

Permite que la pared “respire”, ayudando a que en ciertas estancias y con ciertas paredes las humedades no sean un problema.

 

Tiene muy buena opacidad, por lo que es ideal para materiales como el yeso o la madera, permitiendo que el acabado sea muy homogéneo para tener un resultado perfecto.

 

Imprimación  multisuperficies

Es de las mejores para combatir las manchas, ya sea de humedad, nicotina o taninos. Tiene muy buena adherencia en todo tipo de soportes y materiales, además de que puede usarse sin ningún tipo de inconveniente tanto en el exterior como en el interior.

 

¿Cómo aplicar una capa de imprimación?

Pero antes de poner la imprimación debes realizar algunas acciones para prepararla. Porque si la aplicas sin una preparación no quedará tal como te la estás imaginando. Es por eso que los pasos recomendados son:

 

Repara la pared, elimina aquellas imperfecciones como agujeros y arañazos con algo de masilla. Aquí entra retirar papel de pared si lo hubiera, así como lijar la superficie para permitir que la pintura de fondo agarre mejor.

Aplicar la primera capa con un rodillo. No te preocupes si no queda perfecta, ya que es muy probable que el material de la pared absorba algo de la imprimación. Si has escogido la adecuada, esto no debería ocurrir.

Dejar secar tal como se diga en las instrucciones del producto, ya que cada fabricante puede recomendar tiempos diferentes.

Una vez seca, aplicar la pintura final que se desea, ya sea a brocha o a rodillo.

 

Como puedes comprobar, no tiene mucha dificultad. Lo único que debes hacer es permitirte un poco de tiempo y paciencia para realizar el tratamiento que tu pared merece.

 

¿Cuál es la mejor imprimación para paredes?

No se puede decir que una sea mejor que otra, y ya luego si tenemos en cuenta que dentro de un mismo tipo están fabricadas con compuestos diferentes, menos aún. Es por eso que lo primero que debes identificar es qué tipo de material quieres imprimir.

 

Una vez descubierto esto, debes fijarte en:

 

La capacidad de cubrir la pared, que dependerá de la opacidad de los pigmentos de la imprimación y de qué homogeneidad necesitas para aplicar ciertos colores después.

Cómo rellena aquellos pequeños espacios que hayan quedado una vez preparada la pared, logrando que quede lisa.

La cantidad de imprimación que necesitas para cubrir una pared, ya que hay algunas que requieren de más cantidad de pintura y otras menos. Todo depende de la densidad.

 

También debes tener en cuenta que algunas pinturas ya disponen de componentes que facilitan la adherencia a la superficie más fácil. Depende de lo que desees pintar, si es algo muy concreto, fíjate si el fabricante recomienda o no una capa de imprimación.

 

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